La primera vez que aterricé en Fuerteventura fue un desastre. Hasta pocos días antes ni siquiera me acordaba de que existía, y de repente estaba en un aeropuerto, con una mochila, mirando el mar al otro lado de la cristalera, y sin poder parar de llorar.
A Fuerteventura se llega llorando y se sale llorando.
Y es lo que tiene, que toda la gente va y viene, porque es un sitio de paso, porque sabemos que estamos aqui por un tiempo y despues iremos a otra parte, pero aquí se esta tan agusto... Un oasis (jandia golf, buenas tardes, le atiende... )
Un paraiso de piedra en medio de un oceano, un trozo de desierto que asoma del fondo de la tierra, olvidado y perdido en el tiempo y donde están las mejores playas del atlantico... ´todo es tranquilo, el trabajo, el ambiente... fuera empieza a ser el otoño, aquí el sol sigue radiante y el mar es turquesa, y da igual que sea un desierto y que Tuineje sea el pueblo mas feo que debe existir, y que los burros se coman el cesped de las rotondas. Es un sitio especial, y supongo que para todos es una experiencia.
Para mi, desde el primer momento, fue muy impactante. Y desde entonces, han pasado tantas cosas, tantos momentos inolvidables, irrepetibles, buenos y malos, y estos dos años ya largos, ya voy para 3, que barbaridad, se han pasado volando. Y eso que yo ya me he ido, y he vuelto, y eso es lo peor, porque ahora otra vez me iré, y al final, siempre termino pensando que me tengo que ir otra vez, porque es mucho tiempo, y tengo un lado aventurero que dice que ya esta bien de estar aquí y que hay muchas cosas fuera, pero tambien hay mucho y es doloroso pensar en marcharse dejandolo todo.
It was just another night
With a sunset
And a moonrise not so far behind
To give us just enough light
To lay down underneath the stars
Listen to all the translations
Of the stories across the sky
We drew our own constellations
sábado, 20 de septiembre de 2008
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