Pero hay algo que me ha rascado, hasta lo más profundo del hueso, hasta volver a romper la coraza del tiempo y devolverme al mismo punto, desenterrando todo aquello que creía que no volvería más, el sabor amargo de tantas y tantas horas perdidas, de las noches y los días sin sentido, de todo lo que no fue, de tantas veces que creía que tenía algo y que no era más que ilusión.
A lo mejor realmente lo necesitaba, para poder recordar donde estoy, pero no sé si merece la pena, no sé si todo esto me lleva a algún sitio, y vuelvo a ser así como era, haciéndome preguntas, soñando historias imposibles, pero anclada al suelo como si mis pies estuvieran encadenados a bloques de hormigón, sin poder dar un solo paso y con la esperanza perdida.
Hay historias y hay historias, y otras veces, simplemente, no hay suerte, no hay nada.