lunes, 26 de octubre de 2009

Pensando en binario

Estreno trabajo, casa, lugar de residencia… Otra vez, todo es nuevo. Otra vez, empiezo de cero.Y solo puedo sumar uno. Estoy yo, estoy aqui.

Cosas que empiezan, y cosas que terminan. A lo mejor todo se había terminado antes de que yo me diera cuenta, porque tampoco habia dado muchas opciones a empezar nada, pero tampoco eso es lo que quiero. Sigo pensando que no somos dos, que somos tres. O puede que más. No sé, no sé siquiera si quiero saberlo. Y todo es muy contradictorio. Esto no es nada nuevo, no me preocupa, ya estoy acostumbrada. Por suerte o por desgracia, me adapto con facilidad, del blanco al negro, sin inmutarme, sin pestañear. Y esta historia se ha vuelto un fundido en negro, no veo la luz por ninguna parte, y si la viera estoy segura que no sabría que hacer.

En el libro Castillos de cartón, en algun momento se decía que el 3 es un numero par. Ahora, más que nunca estoy convencida de que a pesar de ser medios circulos, está lleno de esquinas. Puede que hasta el dos este lleno de esquinas, afiladas, que cortan, que pinchan, que se clavan y te hacen sangrar.

Al final, vuelvo al cero y al uno.

sábado, 17 de octubre de 2009

Haciendo la colada

A veces la televisión es insufrible, pero otras te regala alguna perlita como la que escuché hoy, que te hace reflexionar y darte cuenta de muchas cosas: La vida es como una lavadora, va por ciclos. A veces estás en el centrifugado, pero luego viene el aclarado… y después, todo es tender y planchar.

Quizá es una explicación muy simple, pero es cierto hay veces que nos sentimos como si todo diera vueltas sin parar, sin saber donde nos lleva o como pararlo, y en mi caso, son muchas. Pero todo va paso a paso, y cambia de repente. Ultimamente, quizá durante varios meses, todo ha sido muy rápido, casi rebotando de un sitio a otro, sin poder tomar las riendas de la situacion, pero parece que las cosas ya van tomando forma. En algunos sentidos, porque en otros, todavía no se sabe muy bien lo que va a pasar. Pero todo es cuestión de tiempo.

Lo bueno es que la sensación que promete es esa de ropa limpia tendida al sol, el destello de la felicidad, claro y reluciente … la vida suspendida, como un anuncio de suavizante.

jueves, 15 de octubre de 2009

Planes

Nunca he podido pensar en el futuro como algo concreto, y menos ahora... claro que me iría, si hiciera falta, al fin del mundo... a Cabo Verde, a Francia, a Nueva Zelanda o a China.
Pero no es sólo eso. No somos solo dos, no nos olvidemos del misterio de la trinidad. Y tres son multitud.

lunes, 12 de octubre de 2009

Erase una vez...

...había una niña que soñaba con vivir muchas vidas diferentes, con visitar ciudades y paises que sólo existían en los libros, en su imaginación, y se imaginaba como sería viajar en tren, en avión, en barco... quería descubrir el mundo, quería ver algo más que aquellas montañas al final de la calle, aquellas casas pequeñas y desiguales que se amontonaban sin ningún criterio; un pueblo hecho de recortes, de gente que iba y venía, cada vez con menos que contar, menos que compartir. Soñaba con escapar de allí, con ser diferente, con tener una vida propia, fuera de los limites impuestos, porque no quería que ninguna de aquellas personas pudieran manejar su vida, porque nadie tenía derecho a opinar ni a juzgarla. Porque no encontraba a nadie que tuviera la misma imaginación, ni las mismas ganas, porque era más fácil quedarse allí y acomodarse, y conformarse con lo que había, que no estaba tan mal. Ella no paraba de hacerse preguntas, de soñar despierta, de inventar un futuro mejor, y estaba dispuesta a conseguirlo.
Poco a poco la niña creció y por fin, se fue, decidida a perseguir sus sueños, aunque a pesar de lo que siempre hubo querido, no se fue para siempre. Tuvo que volver, muchas veces, más de las que deseaba seguramente, y cada vez era como una herida nueva, porque se daba cuenta de que había buscado, pero no había encontrado nada que la sacara de aquel lugar para siempre, y que allí tampoco lo encontraría, y cada regreso era como una nueva derrota, como si todo y todos se hubieran puesto de acuerdo para hacerle ver que se equivocaba, que esa vida que buscaba no la encontraría, y que ahora tampoco podría volver, porque sentía que este no era su sitio, como no lo había sido nunca. Ya no existía ningún lugar para ella. Sentía que le faltaba el oxígeno, que algo se le agarraba en el pecho, un dolor que la atravesaba, y un sabor amargo a derrota se le quedaba en la boca.
Pero a pesar de todo, había que seguir, como si todo fuese normal, como si no importara que desde que estaba allí todo a su alrededor se hubiera vuelto oscuro; daba igual lo mucho que brillase el sol ahí fuera, si a ella no le llegaba. Sacar fuerzas de donde ya no quedaban, y volver a soñar, volver a verlo todo con ojos nuevos, volver a buscar un camino y una vida, volver a reir, volver a ser la niña que solo quería ser feliz.