lunes, 28 de diciembre de 2009

Feliz 2010

Es tan diferente esta forma de acabar el año a como lo empece…. Incluso la manera de celebrarlo, cena en un italiano y fiesta en una discoteca con moqueta, sin uvas y con un resfriado del quince.

Y desde entonces no he parado de hacer cosas, de moverme… Este año fui a Londres, Dublin, Brighton, Bristol, Edimburgo, Oxford, Peñiscola, Salou, Tarragona, Cadiz, Pals, Barcelona, Fuerteventura, Madrid, y ahora estoy aqui, tengo un trabajo, tengo una casa, tengo mucho tiempo libre y no paro de pensar en cosas que puedo hacer el próximo año. Empezando por irme a esquiar y hacer otras cosas que no he hecho antes.

Pero lo mejor es que me he ido encontrando y reencontrando con mucha gente durante este tiempo. Y que cada año suma, y que lo importante es aprovecharlos, exprimirlos al máximo, minuto a minuto.

Y que ahora empieza uno nuevo.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Llueve sobre mojado

Esta Navidad está siendo otra Navidad extraña.

Fuera no para de llover desde hace ya más de una semana. Todo este agua que cae sin cesar va calando en mi ánimo, igual que inunda las márgenes de los ríos para llegar mucho más allá, desbordándose y llenándolo todo de ese agua que arrastra todo lo que encuentra a su paso.

Mientras tanto, vuelvo a las noches sin sentido, y es que cada Nochebuena que pasa termino haciendo cosas que no tienen mucho sentido. Pero bueno, no puedo decir que esté mal. Es sólo que no es lo mismo.

Pero que más da, si al final ninguna parece que tenga consecuencias. Es una noche más, solo que al siguiente es festivo. Y al otro me toca currar.

Lo único que sé es que todo sigue, yo aquí, a mi ritmo tranquilo, y los demás por aquí, por allí y por allá, al suyo.

De fondo, How to disappear completely, de Radiohead.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Dos realidades

Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos; era la edad de la sabiduría, era la edad de la locura; era la época de creer, era la época de la incredulidad; era la estación de la luz, era la estación de las tinieblas; era la primavera de la esperanza, era el invierno de la desesperanza. Lo teníamos todo ante nosotros y no teníamos nada...

Charles Dickens, Historia de dos ciudades

 

Y todo tiene dos caras, dos formas de ver, de entender. Como en un espejo, somos lo que somos y lo que reflejamos. No es lo mismo lo que hay dentro que lo que hay fuera, y a veces se confunde, y otras nos confunde.

sábado, 12 de diciembre de 2009

I’ve got you under my skin

A veces resulta harto complicado entender las motivaciones que tenemos. Somos poliedros, caleidoscopios. Estamos hechos de luz, de colores y de sombras. Las sensaciones, ideas y sentimientos que nos componen son dificiles de catalogar.

Ni la ciencia, ni la psicologia, la filosofía o la fe pueden darnos respuestas. Somos lo que somos. Seres individuales llenos de matices, de preguntas sin respuesta, de ilusiones y de sueños, pero tambien de temores y dudas.

Dentro de la suerte que nos toque a cada uno, somos diferentes, ingenuos y maravillosos. Que no te quepa duda.

Despues llega la realidad.

Y eso es aun más complejo de explicar.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Pedir un deseo

A mi nunca me gustaron demasiado las matemáticas, y puede ser por eso que exista un número que pueda expresar las veces que he pedido el mismo deseo, pero yo no se cuál. Cientos, miles, millones, billones, trillones, infinitas veces. Me pierdo en las cifras.

Cada vez que veo una estrella fugaz, cada vez que soplo las velas en mi cumpleaños, cada vez que tengo que pedir un deseo, pido el mismo. Y creo que no es algo tan difícil. Yo nunca he deseado nada que fuera imposible, y sé que no lo es porque es algo que existe, aunque sea un concepto quizá un poco abstracto, aunque para cada persona pueda ser diferente, aunque sea algo que está al alcance de todo el mundo, pero es algo que yo nunca he tenido, que nunca he experimentado. Algo que por un motivo u otro, parece que no es para mi.

A lo mejor no tengo que pedirlo, y llegará un día y puede ser que ni siquiera entonces lo acepte, pero al menos, no seguiré preguntándome por qué para mi no.

Y no lo voy a decir, porque sigo teniendo la esperanza de que mi deseo se cumpla.