sábado, 20 de junio de 2009

Litros de alcohol

... corren x mis venas, mujer...

Puede ser que sea siempre así, y en realidad, qué más da.
Me lo paso bien, en la Taxara la música no está mal y además ponen camas cuadradas y redondas (wOw), y el finde que viene prometen mojitos... un poco más de playa, y a ver, estamos casi en Cádiz, con toda su luz, con su arena fina y sus aguas de azul turquesa. El Atlántico. A lo mejor tenemos que llamar y decir, mira, madre, que no voy a volver.
Yo no puedo pasarme toda la vida esperando. Si la esperanza es lo último que se pierde, antes de eso tiene que ir la paciencia, ¿no? Y otras muchas cosas, pero eso es lo primero que siempre se me acaba.
Y ahora solo quiero dormir, y despertarme junto al mar, sentir el viento, la luna llena, la noche, el día... Lo echo mucho de menos, como también echo de menos muchas más cosas.
Hacía mucho que no bailaba descalza como hoy. Quizá nunca. Y no me importa...

A quién le importa lo que yo haga,
a quién le importa lo que yo diga...

viernes, 19 de junio de 2009

Checkpoint

Estas horas, esta tranquilidad. La casa vacía, los ojos cansados, el calor sofocante... Se hace raro, pero a veces viene bien poder pensar, aunque tenga de fondo el zumbido (por llamarlo de alguna manera) de este ordenador.
No sólo por haber pasado estos últimos días en Granada, que es como mi punto de partida, la ciudad que un día lo prometía todo y donde pasé 5 años de mi vida, la misma en la que ahora me cuesta reconocerme; pero quizá desde que he vuelto me planteo una vez y otra vez con quién estoy, quién me queda. Porque mucho hemos cambiado, yo y todos.
Después de tantos años hago un alto en el camino, y aunque no sepa donde voy, y sepa que no queda más remedio que hacerlo sola, me doy cuenta de que todos seguimos el nuestro y que para bien o para mal, no es posible desandarlo, y que ha ido marcándonos por los pies hasta el alma. Haciendo un repaso rápido, la única conclusión es que tal como decía Neruda, nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

lunes, 15 de junio de 2009

Te puedes creer lo que quieras, hasta que los elefantes vuelan.

Puede ser que el gesto con la mano quiera decir algo; puede ser que si... o puede ser que no. Se puede creer o no creer.
Y yo, como perdida en el Pais de las Maravillas, a veces me hago muy grande y no quepo en ningun lugar, y a veces me vuelvo pequeñita, pequeñita y naufrago entre lágrimas, y otras veces no entiendo nada y todo me parece absurdo... pero continuo persiguiendo al conejo blanco. Necesito respuestas.
Hecho es simple, como cantaba Mucho Muchacho. Me regalaba la oreja, y cuando es hora de insert coin, como si se me hubiera comido la lengua el gato.
El misterio se fue, y solo queda el fantasma.


Hilos de agua,
restos de sal,
nubes de risa...
Tus ojos me llevan
a otros puertos,
a otros mares...

miércoles, 10 de junio de 2009

Aquí, ahora.

Sin más fondo, sin más palabras.
Nada puede ser mas cierto, y nada puede ser más incierto.
Un lugar, coordenadas. Una hora, una fecha.
No sé donde voy.
Supongo... supongo que pronto (cuán relativo puede ser este "pronto"), tendré un (otro) trabajo, tendré una (otra) casa, tendré una (otra) vida. Como si ésta no lo fuera.
¿Qué más se necesita para considerar a la existencia vida? ¿Un horario de lunes a viernes y una nómina a fin de mes? ¿Una serie de relaciones con otras personas? ¿La presencia de agua en Marte?
No sé, es demasiado tarde para encontrar respuestas, y más aún para hacerse preguntas.
Y mañana... paso firme.