sábado, 25 de septiembre de 2010

Noches de bohemia

Esta vez no me acompaña el Spotify, ni mi disco duro, más bien el sonido de gente (probablemente borracha o en proceso) que canta en la plaza, bastante mal, por cierto.

Y no sé, es sábado por la noche, y bien podría estar por ahí yo también, pero llevo a fin de mes desde el día 10 y no están las cosas como para irse de fiesta loca, porque ese plan en esta ciudad no es lo que se dice barato. Una pena, porque durante los próximos meses solo tengo un finde libre, y estoy haciendo cábalas sobre quien puede cambiarme el domingo después de mi cumpleaños, porque eso al menos habrá que celebrarlo. Y caigo en la cuenta de que desde que volví de vacaciones, no he salido de fiesta.

Quizá no importa mucho, pero la verdad es que necesito una buena fiesta, salir y reirme y beber y bailar y pasármelo bien, pero desde que estoy aquí, han sido pocas ocasiones en las que se han dado todas estas circunstancias al mismo tiempo, tres o cuatro a lo sumo. Y esas pocas ocasiones han venido acompañadas de una resaca mortal al día siguiente, porque yo estoy ahí en el momento y pienso que la noche es joven, y me bebo los cubatas como si fueran agua, pero mi estómago parece que no está de acuerdo.

Si me lo pienso dos veces, me apetece más quedarme en casa, ver una peli, o leer un libro, o cualquier cosa. Me da pereza, o será que me estoy haciendo mayor.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Happiness

Hoy, no se por qué razón, parece que todo se relacione con la felicidad. Desde una canción de Goldfrapp, hasta un enlace encontrado por casualidad entre los miles de millones de paginas de internet. Recuerdo incluso un articulo de El País que leí hace unos días y del que se desprendía como conclusión que la búsqueda de la felicidad es inherente al ser humano, pero que hay que tener una serie de metas realistas para conseguirla, ya que de lo contrario, no llegaremos más que a frustrarnos en el intento.

También puede ser que eso, la felicidad, sea un tópico, algo que imaginamos como creemos que tiene que ser sin aceptar que en la vida no todo puede ser pura felicidad. Quizá es un punto de vista negativo el mío, porqué no decirlo, pero creo firmemente que depende mucho de nuestro estado de ánimo valorar si somos felices o no. Decidir en este momento si soy feliz es muy difícil. Podría decir que no, pero tampoco estoy totalmente segura de no serlo, ya que no existe nada que me haga explicar porqué no lo soy. Bueno, si. Que creo que la felicidad es algo total y redondo, sin excusas y sin borrones.

Debe ser que sólo soy medio feliz, y en eso ya se sabe: unos ven el vaso medio lleno y otros medio vacío.

jueves, 16 de septiembre de 2010

This is what doesn’t matter at all

Así, el rasgueo de una guitarra y MGMT poniendole banda sonora a la noche, después de una tormenta con los truenos más fuertes que he escuchado nunca, una sacudida a este verano que parece que haya sido el más corto de la historia, porque ha tardado en llegar y se ha ido volando.

Así que nos vemos de nuevo a las puertas del otoño, pasamos la mitad de septiembre y parece que no, pero dentro de poco estamos en Navidad, y así la vida sigue sin que nos demos cuenta.

Yo de momento, estoy volviendo a hacer las cosas que tenía que haber hecho, o que no, según cómo se mire. Pero al menos estoy aquí, cada día, en metro, en bus, de un sitio a otro, con un balcón al centro. Me perdí la noche en blanco, y la batalla de pelotas, después de haber vuelto de mi pueblo sin saber si he perdido más cosas… Pero se trata de eso, de empezar y de volver y de ser todo al mismo tiempo.