Curiosamente, me apareció un enlace del FB llamado “Por el placer de haber coincidido contigo en esta vida…”.
Quizá un poco la esencia del fin de semana se resuma con eso. Puede parecer una tontería, pero a veces conoces a gente con la que, por una razón u otra, solo coincides de pasada, pero te da tan buen rollo… Y sin más, hay algo, una vibración, una conexión, una química, como el aura de algo conocido, algo que es intangible pero que existe a la vez, algo que yo no tengo palabras para explicar. Como si ya supiera quien eres, como si me reflejara en el fondo de tus ojos, y a la vez quedandome al borde, sin meterme del todo.
Confiaré en la gran sabiduría del Sr. Punset para este tipo de cosas, a pesar de que no estoy hablando de amor, ni siquiera de otra atracción física, sino de algo más profundo.
Y además de eso, el puente en Zaragoza ha dado para mucho, desde un concierto de flamenco a una exposición en torno al surrealismo de “Un perro andaluz”, pasando por merendar chocolate con churros o salir de un after a las 7 de la mañana, y la vuelta, con todos los madrileños que conducen por la izquierda y a los que hemos descubierto que se dirige el nuevo anuncio de la DGT.
Así que hoy, casi a trancas y a barrancas, hemos pasado el lunes, con sol, con otra entrevista, y con mucha pereza. Y ya entrando en el martes, me doy cuenta de que algo se quedó allí, pero algo también me traje.
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