Después de estas vacaciones de Navidad, 12 días lejos del trabajo, con vuelos cancelados en París, nieve y cocteles en Montmartre, bus, la primera temporada de Gossip Girl y tren regreso a Madrid, una pizza rota rebajada y otra sesión de la reina cotilla en el sofá, empiezo con más fuerza, con más ganas de hacer cosas, a pesar de tener que madrugar, mañana va a ser un día duro, 8 horas de trabajo de nuevo, y los madrugones, y el frío de Madrid… pero la verdad es que me apetece volver de nuevo.
El tiempo libre da para mucho o para muy poco, pero la cabeza está funcionando 24 horas, y la verdad es que ha dado tiempo a poner ciertas cosas en su sitio, y otras se han quedado muy descolocadas. Hacer siempre lo mismo, o probar a hacer cosas diferentes que no funcionan, o dejar de hacer cosas porque puede que ya hayan perdido su sentido. Retomar relaciones, o dejar que las que no eran nada no lleguen a serlo, y ver que por otra parte, nuevas sigan adelante, ajenas a uno mismo, esos trozos de vidas que se separan aunque también vayan a parar al mar. Quizá no ayude ver El diario de Bridget Jones, un día frío de resaca, pero sí que ciertas veces hay que hacerse con fuerza para superarse.
A golpe de guitarra y vientos con Deluxe, las canciones tristes y que recuerdan al frío y a la soledad, y la verdad es que hay que seguir siempre adelante, puede que hoy tenga algo más de suerte, quizás tenga algo más de suerte esta vez…
Así que mañana nos enfrentaremos de nuevo al cielo de Madrid, a sus amaneceres lentos, a las mañanas ajetreadas, el metro, el bus, el trabajo duro y la vuelta a casa, porque hay muchas cosas que poner en orden…
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