Pues sí, porque no iban a ser todo quejas sobre el mal tiempo y echar pestes sobre Londres. Tengo que reconocer que tienen cosas que me gustan, que me sorprenden, o que me llaman poderosamente la atención ahora que estoy aquí, que son muchas.
Por ejemplo, esta semana se ha venido hablando mucho de la privatización de Royal Mail, la empresa nacional de Correos que tiene un déficit de más de 10.000 millones de dólares. Realmente no se va a privatizar totalmente, sino solo un 30% de su capital. Y el caso es que este hecho a la gente no le gusta, a unos porque supondría despidos de hasta 16.000 trabajadores (su plantilla es de casi 200.000 trabajadores actualmente), además de un recorte considerable de las pensiones a los trabajadores que se mantengan; y a otros porque "peligra la integridad" de Royal Mail, lo que ellos consideran una de las joyas de la corona Británica. Se han convocado manifestaciones frente al Parlamento, con bastante asistencia, para protestar en contra de la semiprivatización. Desde algunos medios de comunicación se dice que perjudicaría incluso la imagen del partido Laborista, actualmente en el poder, que ni siquiera entre ellos mismos están de acuerdo, ya que unos 140 parlamentarios de este partido están en contra de la propuesta, y algunos como el Daily Telegraph, de orientación conservadora y que es complimentary en mi hotel, dicho sea de paso, afirman que dificultaría que siguiera en el poder tras las próximas elecciones. Esto es curioso, porque buscando información en internet he visto que la propuesta de privatización ya se hizo por parte del Partido Laborista en 2005, y después han vuelto a ganar, a pesar de metidas de gamba como la de la guerra de Irak.
¿Y por qué a mi esta noticia me sorprende? Pues bien, en la mayoría de países europeos, el servicio de Correos es privado actualmente. De hecho, en España, Correos se privatizó sin que pusieramos el grito en el cielo (claro que de aquellas estaba Aznar gobernando con mayoría absoluta y era un poco la ley del rodillo) y ahora pertenece a la Deutsche Post. Realmente no sé si sería por eso o porque no se habló de perder en ese momento tantos puestos de trabajo como de los que se habla ahora, y aunque hay que considerar la coyuntura económica actual, en la cual el Reino Unido está oficialmente en recesión, como la mayoria de las economías occidentales (que dentro de poco se reunirán aquí mismo en Londres en una cumbre del llamado G20, como si ellos pudieran hacer algo, pero... ese no es el tema de hoy); desde mi punto de vista, el revuelo que se ha montado por la venta de tan sólo el 30%, ya que el 70% restante seguirá en manos del Estado, es algo que sólo podía pasar aquí. Con el cuento de que la Royal Mail es una parte de su historia, como la libra esterlina, la batalla de Waterloo y la Reina Victoria, más que preocuparse por la pérdida de empleos que es lo que tendrían que tener en cuenta, porque estos son quien les van a votar, al final los partidos van a jugar a tirarse la pelota para aprovechar y sacar la máxima tajada.
Quizá sea que en cada país los partidos opositores en el Gobierno buscan excusas diferentes para ser ellos y no el otro quien gobierne. En eso si que no hay diferencias.
Yo mientras, sigo leyendo este articulo sobre las reinas y princesas de los paises del Golfo, que no tiene nada que ver pero me ha parecido muy interesante.
domingo, 1 de marzo de 2009
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