Agua pasada no mueve molino, dice el refrán. Y tiene razón.
Pues bien, de alguna manera he logrado reconciliarme con el presente, y ha sido precisamente en un pub de Dublin, pinta de Guinness en mano, con un grupo tocando el Roadhouse Blues de los Doors... De repente, era ahí donde tenía que estar. Ahí y en ningun otro sitio. Lo demás, no importa, porque es un tiempo que se va, y que no vuelve. Y da igual donde se vaya. Simplemente, se ha ido.
El invierno tambien comienza a irse, trabajosamente y con desgana, pero se empieza a despejar. No podía durar eternamente, no puede. Dentro de poco saldrá el sol otra vez con fuerza, ya casi se ve despuntar, y volverán los días a ser cada vez más largos y cada vez más calurosos. Una nueva estación, nuevas aguas para regarla y darle vida. Para que todo vuelva a ser brillante, vibrante, lleno de color y de luz. Para que el frío, la lluvia, la nieve, y el mal tiempo en general, sean poco más que un recuerdo, como si no hubieran existido nunca ni pudieran volver jamás a manchar el cielo azul.
Y no es solo el invierno fisico, metereológico el que toca a su fin. Se lleva consigo muchas cosas. Y yo, que me alegro.
Pues bien, de alguna manera he logrado reconciliarme con el presente, y ha sido precisamente en un pub de Dublin, pinta de Guinness en mano, con un grupo tocando el Roadhouse Blues de los Doors... De repente, era ahí donde tenía que estar. Ahí y en ningun otro sitio. Lo demás, no importa, porque es un tiempo que se va, y que no vuelve. Y da igual donde se vaya. Simplemente, se ha ido.
El invierno tambien comienza a irse, trabajosamente y con desgana, pero se empieza a despejar. No podía durar eternamente, no puede. Dentro de poco saldrá el sol otra vez con fuerza, ya casi se ve despuntar, y volverán los días a ser cada vez más largos y cada vez más calurosos. Una nueva estación, nuevas aguas para regarla y darle vida. Para que todo vuelva a ser brillante, vibrante, lleno de color y de luz. Para que el frío, la lluvia, la nieve, y el mal tiempo en general, sean poco más que un recuerdo, como si no hubieran existido nunca ni pudieran volver jamás a manchar el cielo azul.
Y no es solo el invierno fisico, metereológico el que toca a su fin. Se lleva consigo muchas cosas. Y yo, que me alegro.
Let it roll... all night long
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