Una vez de vuelta al trabajo y con tantas cosas en la cabeza, no me ha quedado apenas tiempo para noticias. En la tele del comedor de personal, o la
canteen, como la llaman aquí, a veces sale algun informativo y había visto algo sobre Gaza, pero eso de tener tele satelite en casa hace que vea más los Simpsons, Family Guy o Scrubs que algun telediario. Anyway, hoy he estado leyendo las noticias, y me quedo atónita.
Después de 10 días de bombardeos de Israel, han decidido
entrar al territorio palestino. Y por lo visto no es algo que hayan decidido de un día para otro, en vista de condiciones favorables, sino que llevan entrenandose para ello desde el pasado año. Así que la operación lleva bastante tiempo puesta en marcha, y como se ve, una guerra no es algo que comience de la noche a la mañana, sino que requiere una planificación, y un ejército bien dispuesto, por no hablar de los miles de millones que se habrán dejado en armamento. Despues de pasarse años oprimiendo a una población, en su mayor parte civiles, que (mal)viven en campos de concentración, sometidos al control permanente del ejercito, con cortes regulares de luz y agua, han dado aún más motivaciones para que el sentimiento comun en los que a diario viven esta situación sea rebelión contra ellos, y los actos terroristas son la vía de escape a su desesperación, añadido a la heroicidad que se concede a sus mártires por parte de una propaganda religiosa que encuentra un caldo de cultivo excelente en este pueblo. Irás al paraíso y tendrás a no sé cuantas virgenes, pero lo más importante es que vas a salir de algo que no puede llamarse vida.
¿Quién quiere vivir así? Yo no. Creo que nadie.
En Palestina se celebran elecciones. También en Israel. Son, ambos, en la teoría y porque no, en la práctica, Estados democráticos. Pero uno no reconoce al otro. Como si de repente, España no reconociera a Portugal, o Francia a Suiza, o Alemania a Polonia. Y los demás países, como el que oye llover, que es un nuevo conflicto en Oriente Medio, que si una tregua de 48 horas... como si eso pudiera acabar con un proceso que ha venido gestándose durante años, y que parece que nadie quiera resolver. Todos tenemos otras cosas en que pensar, como la crisis o la inflación o la hipoteca o la cuesta de Enero o el Gran Hermano. La cosa es que tenemos cada uno nuestra vida, y la de nuestros dirigentes en los países que ahora parece que no son tan ricos, es aún más limitada, y no pueden perder su tiempo en el poder en algo que ellos no van a solucionar. Seguramente les gustaría colgarse la medallita, pero no se pringan porque no lo ven claro. Igual Obama, que parece un tío carismático y, bajo mi punto de vista, muy amigo de la foto, se mete de por medio. No hay que olvidar que EEUU ha sido siempre uno de los países más afines a Israel, y lo ha tenido siempre como la niña de sus ojos, por su situación estratégica para los intereses yanquis. Y no estaría mal para ellos que se les mirara bien por parte de los países árabes, que han tenido relaciones tan tirantes con el anterior gobierno de Bush. Sería un golpe de efecto que casi le glorificaría.
Pero volviendo al tema, es realmente triste ver como desde la infancia, los ciudadanos de uno y otro lado, viven solo una parte de la historia. En el documental Promises, y en alguno más que he visto sobre el tema, de cuyo nombre no puedo acordarme, se refleja claramente como las ideas de rechazo y animadversión hacia el otro bando les dan desde pequeños una imagen distorsionada de la realidad. Desde sus gobiernos no se hace nada por evitarlo, quizá porque no interesa tampoco a ellos. Solo piensan que podrán desarrollarse cuando eliminen al otro, pero en realidad ninguno de ellos hace nada por su pueblo, por dar unos valores y unos servicios a su comunidad. Si todo lo que dedican tanto en Israel como en Palestina a las armas fuera a parar a educación y mejoras a sus ciudadanos, seguramente otro gallo nos cantaría.
Pero desgraciadamente, las cosas están como están y no parece que vayan a cambiar de la noche a la mañana. Y habrá más muertos, más hogares destrozados, más odio y más dolor en el mundo.
A veces es mejor estar desconectado de la realidad.